Cepa Natural V1.2 Ellas, Las Francesas
Las creaturas capitalinas de bien al centro con peste en la buchaca dijeron que “las variedades francesas desplazaron a las cepas criollas”, y que nuestra País estuvo a punto de “desaparecer”. Pero qué saben de tierra y polvo los que respiran material particulado, porque cuando llegaron al campo chileno donde todo es pura creatividad, se armó el swinger de sur a norte. A Itata llegó “la cargadora” que no era otra cosa que el Cinsault tipo juguito de guindas Guarislov; el carignan llegó a Maule para mezclarse con País y llamarse “el Pipeño Choro”; Malbec con País se llamó “aterciopelado”, porque era más suave que decir “¿hola cómo te llamas?” después de hacer el amor; en Biobío la misma mezcla se llamó Burdeo Pipeño, porque ese vino era pura tinta jugosa que inflamaba el aparato bucofaríngeo. La Chasselas se mezcló con Torontel para hacer el “moco de pavo”, un vino espeso y con pieles que ya te lo querís comer con erizos al matico. Cabe destacar que ninguno de esos vinos pasaba por barrica de roble francesa de primer uso con tostado intenso, ya que por esos años, los Castores aún no bebían vino.
Chs Dls
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